Este sistema estelar, conocido como GW Ori, estaría situado a unos 1.300 años de años luz, en la constelación de Orión, y la presencia de un planeta que gire alrededor de ellas parece haber sido delatada por un sistema de 3 anillos de polvo que, conocidos como discos protoplanetarios, son el lugar en el que se gestan los planetas alrededor de sus estrellas. Sin embargo, lo que verdaderamente llamó la atención de los científicos no fue el disco en sí mismo, si no una consistente brecha entre los 3 anillos observados, para cuya formación barajan en la actualidad diferentes hipótesis.
Una de ellas, por ejemplo, es que esta brecha hubiera sido originada por el torque gravitacional de las 3 estrellas. Sin embargo, después de construir un modelo completo de GW Ori, los astrónomos de la Universidad de Nevada en Las Vegas, encontraron que una explicación incluso más probable y fascinante para el espacio hallado en el disco, era la presencia de uno o más planetas masivos de naturaleza similar a Júpiter.
"Los gigantes gaseosos suelen ser los primeros planetas en formarse dentro de un sistema estelar" explica Jeremy Smallwood, autor principal del estudio que bajo el título GW Ori: circumtriple rings and planets, se publica esta semana en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society. "Después le siguen los planetas terrestres como la Tierra y Marte", continúa.
El planeta en sí no se puede ver, pero el hallazgo sugiere que se trata del primer planeta circuntriple jamás descubierto. "Es realmente emocionante porque hace que la teoría de la formación de planetas sea realmente sólida", añade Smallwood.
"Podría significar que la formación de planetas es mucho más activa de lo que pensamos, lo cual resulta una idea muy seductora", sentencia mientras se mantiene a la espera junto a su equipo de que nuevas observaciones de ALMA en los próximos meses puedan proporcionar evidencia directa del fenómeno.
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