Según la universidad de Stanford, el amor es más potente que la cocaína, ¿deberíamos plantearnos concretamente esa idealización surrealista de algo que puede sonar un poco utópico?
En nuestros tiempos, la perspectiva del amor ha variado según la época y las tendencias modernistas que de ellas enmarcan; nuestra generación no es la misma de detallista y entregada al amor como lo eran posiblemente nuestros abuelos o padres. El marco conceptual de todo esto proviene del sobrevivimiento de la palabra "amor" y de la cual es necesario salvar para seguir coexistiendo en un mundo en el que la procreación hacía la confianza en el amor se ha visto fuertemente criticado.
En primer lugar, los seres vivos (especialmente los seres humanos) estamos llamados por ordenes naturales y, quizás, divinas, a la creación y formación de nuevos núcleos familiares. Nuestros antepasados prehistóricos vivían en clanes y/o tribus para sobrevivir y mantenerse en refugio: Los primeros hogares. Los padres y jefes de dichos clanes eran los encargados de comandar el barco en situaciones de toda índole. El amor se ve constituido por el sostén y apoyo a cada integrante del clan de los padres.
Regresando un poco en el tiempo, en la edad media, los príncipes se casaban con jóvenes doncellas por pura conveniencia. Se trataba de un juego de amor en el cual el príncipe desposaba a la hija de algún rey o reina tan solo por tener acceso a la corona y al patrimonio que consigo traía. Lo más terrorífico de estas situaciones era que los novios tenían cierto grado de parentesco tales como primos o hasta hermanos, trayendo consecuencias innegables en su descendencia.
La época de la edad media fue un verdadero sacrificio de amor, muchos solo estaban para pasar el rato o para engendrar más hijos a esa pobre sociedad agonizada por las pestilencias de salud y de las malas decisiones por parte de las monarquías. En esos tiempos, existían más de un Nerón o Calígula en las calles observando quién sería sus próximas victimas a causas del desorden sexual que se vivía en la época. ¡Una terrible pesadilla!
Actualmente, la idea del "amor" aún sigue alejada de las descripciones de Neruda o Benedetti, son muchos los que traen consigo el peso de un mal trago amoroso. Por ejemplo, durante la mayor parte de la historia humana, la orientación sexual diferente a la heterosexual estuvo enmarcada como un pecado ajeno a la sociedad; quien expresaba su verdadero amor hacía una persona de su mismo sexo se consideraba una persona con múltiples pecados y enferma mentalmente. Hoy, podemos decir que el amor verdadero se centra solo en saber amar a la persona con el corazón sin importar raza, orientación sexual, religión y postura política.
¡Hasta dónde se ha perdido la cordura! Miles de personas buscan un verdadero amor y tan solo se les entrega una poca y muy ínfima parte de lo que verdaderamente quieren. ¿Hemos avanzado como seres humanos? No sería correcto llamar "seres humanos" a quienes juegan con las esperanzas y expectativas de otros, quienes miserablemente los tratan mal y los acusan con su egocentrismo barato de quinta generación.
En nuestros tiempos, el amar se ha vuelto un tema revolucionario; el verdadero sentir y esencia del "amor" se basa en las únicas personas que quieren una sociedad más cualitativa en el respeto y aprecio hacía los demás. Las personas que más sufren a causa de un mal amor son las que, mayormente, entregan todo de su interior hacía la otra persona.
Avanzaremos como sociedad en el amor, cuando respetemos los gustos, aspectos físicos y emocionales totalmente diferentes, ese día estaremos orgullosos porque hicimos sobrevivir la palabra "amor", la verdadera pregunta es... ¿Cuándo sucederá esto?
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