Antes de que los humanos pisaran la Luna, antes de que Yuri Gagarin dijera que la Tierra era azul, una perra callejera fue enviada sola al espacio. Su nombre era Laika . Su historia no solo fue un logro científico, sino también una de las más impactantes reflexiones éticas de la historia de la exploración espacial. Vea también: COSMOS: el viaje que llevó el universo a la sala de tu casa De las calles de Moscú al espacio En 1957, en plena Guerra Fría, la Unión Soviética competía con Estados Unidos en la carrera espacial. Tras el exitoso lanzamiento del Sputnik 1, se preparó una nueva misión: enviar un ser vivo al espacio. Ese objetivo se convirtió en la misión Sputnik 2 . Para ello, se seleccionó a una perra mestiza recogida de las calles de Moscú. Su nombre original era Kudryavka , pero el mundo la conocería como Laika , por su raza. Era pequeña, dócil y, según los científicos, resistente al hambre y al frío, por haber vivido en la calle. Su experiencia de superv...
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